martes, 17 de abril de 2012

CAPITULO 13

 

CAPITULO TRECE
 
N/A: El siguiente fic contiene lenguaje adulto y sexo explícito. Menores de 18 leen bajo su responsabilidad. 
 
Agustín estaba sentado en el sillón de su living, con una cerveza fría en una mano y el control de la  tele en la otra. Pasaba los canales con desdén, mientras pensaba que haría el resto de día.
Pensaba un poco en lo que era su vida. Por la mañana trabajaba en una oficina, comia algo, y volvía a casa. Ese departamento tenía un sillón cómodo para tragarse el programa televisivo todas las madrugadas, una heladera para guardar latitas de cerveza, un microondas para recalentar la comida y una cama para llevar a las chicas que, cada viernes y sábado, pasaban a combatir su soledad.
No la pasaba mal, pero creía que necesitaba algún plan, un proyecto de vida, algo asi. Y que por más que se hicera el duro, necesitaba a alguien a su lado. Estaba muy seguro de eso. Tanto como de que no iba a ser fácil, acostumbrado como estaba a las chicas por una noche.
Una sola vez había tratado hasta ahora de tener una relación estable con alguien. Lo había intentado con Candela, porque sabía que, al menos hasta el momento, era la única chica que significaba algo para él. Era su amiga desde que tenía memoria, habían compartido miles de momentos, buenos y malos. Se conocían mejor que nadie y creyó que eso haría las cosas más fáciles.
Sin embargo, pasó lo contrario. Si bien la pasaban bien juntos y habían pasado la noche en su departamento más de una vez, no podían comprometerse realmente entre si. Eran demasiado diferentes y llegó un momento en que se dieron cuenta de que, si seguían juntos, solo iban a lastimarse.
Él había llegado a la conclusión, después de muchas quejas y discusiones, de que la verdad era que ella le importaba demasiado como para meterla en sus conflictos amorosos. Era prácticamente la única amiga verdadera que tenía y aunque a veces pareciera a punto de caer en la tentación, no quería perderla. Y ese deseo de no perderla era más fuerte que todo lo demás.

Terminó la cerveza y miró el reloj. Ya eran las 23.40 del jueves. Cierto, todavía no era viernes. Pero necesitaba un poco de acción.
Sonrió. Sabía perfectamente dónde encontrarla.

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Euge miró inquieta a su amiga, que no podía sacar la vista de las dos personas que estaban viendo.
- Supongo que no es lo que parece...- trató de restarle importancia a la escena, pero la morocha clavó sus ojos en ella.
- Yo creo que es exactamente lo que parece...- exclamó con un hilo de voz. No estaba segura de cómo se sentía. No lo había visto en años y al principio se había preguntado si lo volvería a ver alguna vez, y bajo que circunstancias sería. Definitivamente no pensó que serían esas.- ¿Podes creer que esa que se está chapando es la estúpida de mi prima?- murmuró indignada.
- Bueno, sabes que tu prima es bastante rapidita...- acordó la rubia. Se miraron con complicidad.- Supongo que viene de familia...- bromeó y su amiga le golpeó suavemente el hombro.- Vamos, La... Nico ya debe estar por llegar a casa y todavía no empecé a cocinar.- Trató de convencerla.
Lali miró una vez más la escena. Ella llevaba el uniforme del colegio. Su cabello castaño estaba suelto y llevaba una sonrisa radiante que le pareció insoportable. Charlaban animados y él le daba algún beso de tanto en tanto. Resignada, se dio vuelta y siguió a su amiga.
Estuvieron un rato en silencio.
- Creí que ya te habías olvidado de ese pibe...- dijo Euge finalmente, mirando algo insegura a su amiga.
- Y lo hice...- exclamó ella segura.- Te juro, Eu! Es solo que... no se, no pensé que iba a volver a verlo. Además él no me obligo a nada. Fue mi decisión, yo me obsesioné y quise hacer todo para tenerlo. Y lo conseguí...- sonrió.- Pero bueno, era re pendeja y.... bue, ya sabes la historia... Creo que más que nada fue una... una decepción... porque yo no estaba enamorada de él, ni mucho menos...- le aseguró energicamente.- Vos lo sabés...
- Si, ya se...
- Pero bueno, basta de hablar de Vico...- resolvió.- Que se curta a mi prima, a la vecina o al portero, no me interesa...- sonrió.- Te acompaño a tu casa a dejar las cosas asi me voy al laburo.


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Agustín estacionó su auto en una esquina y caminó unos pasos. Era una casa chica pero muy linda, con rejas verdes y un pequeño patio. Tocó el timbre y apareció una muchacha rubia, algo desconcertada.
- ¿Agustín?- se sorprendió.- ¿Qué haces acá?
Él sonrió.
- Hola Mery...- ella se acercó y le abrió la puerta. Él la saludó de manera galante, besando la comisura de sus labios.
Entraron. Había una mesa con algunas sillas, una sala de estar con un par de sillones. Todo estaba un poco apretado pero la decoración era muy acercada. A pesar del espacio reducido era un lugar cómodo y vistoso.
- ¿Qué necesitas, Agus? ¿Para que viniste?- preguntó ella unos minutos después, todavía confundida.
Él la miró extrañado.
- Para coger...- exclamó como si fuera obvio.- Estaba en casa, embolado... necesitaba un poco de acción... y obviamente pensé en vos, ¿quién sino?- susurró acercandose lentamente y tomando su cintura.
Ella lo apartó.
- Si, todo muy bien lindo, pero no puedo... estoy super ocupada y...
Agus posó sus dedos en los labios de la rubia para que se callara.
- Nada! Vos y yo vamos a pasar la noche juntos...
- Te digo que no puedo nene!
Agustín se quedó un momento en silencio.
- ¿Sabes que? Esta bien...- se lamentó.- Voy a tener que buscar otro plan entonces... no se, ir a ver a alguno de los chicos... charlar un rato...- la miró.- Hace rato que no veo a algunos ¿viste? tenemos cosas que contarnos... como con...- sonrió.- ¿vos lo conoces no? Morocho, ojitos claros... seguro le va a gustar saber que...
- ¡BASTA!
Él sonrió.
- Sos una basura!- murmuró ella.
- No, no me digas eso...- se quejó.- Simplemente soy justo y vos y yo tenemos un trato... Yo no cuento tu secreto... vos tenes que hacer algo por mi...-le guiñó un ojo.- Vos sabes que soy un colgado, Mery! Se me puede escapar algo sobre...
- Esta bien!- lo interrumpió. Se dio vuelta y echó un vistazo a su casa.- Pero acá no...
- No hay drama... vamos a un telo...- sonrió.
Ella lo miró con un poco de seriedad y le dijo que la esperara. Agus la vio desaparecer tras una de las puertas y se sentó en el sillón.



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Nico y Euge se besaban con ternura. Estaban sentados en la mesa, con unas copas de vino, después de haber terminado de comer.
- Estuve todo muy rico, bonita...- murmuró él, mientras ella sonreía satisfecha.
- Me alegra que te haya gustado
Siguieron mimandose, sentados en un sillón mientras veían una peli y por la ventana, la noche caía envolviendo cada rincón.

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Mery y Agus se bajaron del auto. Ella lo siguió unos pasos por atrás mientras él se acercaba y pedía una habitación. Aprovechó para mirarse en un espejo de la sala. Llevaba un vestido estampado, por arriba de las rodillas y unos zapatos marrones divinos. Le gustó como se veía. Finalmente el castaño le hizo una seña y fueron a la habitación.
Entraron. Él dejó su abrigo en la cama y se acercó a ella. La arrinconó contra la pared y, apartando su cabello, empezó a besar su cuello. Corrió uno de los breteles del vestido y sus besos se extendieron al hombro desnudo de la rubia. La miró sonriendo y la besó en los labios, lleno de deseo. Tomándola de la cintura la acercó a la cama, empujándola levemente para que se sentara. Sin miramientos, se desabrochó el jean y sacó su pija afuera. Tomó la cabeza de Mery y se la metió en la boca. Tomando su cabello guiaba sus movimientos. Ella se ayudaba con las manos, pajeandolo mientras pasaba la lengua por la punta. Finalmente se la metió entera, dejando que entrara y saliera de sus labios. Agus se iba calentando y ella sentía que empezaba a atragantarse, pero no podía dejar de chuparsela por la presión que él ejercía.
- MMMMMM TE GUSTA PUTA?- murmuró él, dejando que sacara su pija de su boca y mirándola con una sonrisa llena de picardía.- MMM SI, YO SE QUE TE ENCANTA...
Tomándola del brazo la hizo levantarse y volvió a besarla, tomando su cintura para apretarla contra su cuerpo. Una de sus manos levantó un poco su vestido para empezar a tocar descaradamente su colita. Logró que sus dedos se metieran bajo la ropa interior, para acariciarlos con más empeño. Dejó de besarla solo un momento para agacharse y deshacerse de la tanga que Mery llevaba bajo el vestido. La arrojó al suelo y hizo que se acostara. Abrió sus piernas, subió su vestido y empezó a chupar su conchita. Sus manos abrían los labios vaginales para que su lengua llegara más adentro. Se movía con energía, mientras ella se retorcía de placer entre las sábanas. Cada tanto se levantaba para deleitarse con el rostro placentero de la rubia, mientras sus manos continuaban en trabajo en su intimidad. Dejó que sus dedos entraran una y otra vez en ella, comprobando lo húmeda que estaba, mientras ella suspiraba.
- AHHHHHHHHHHHHHH
- Viste que te gusta puta? Te hacés la dificil pero te encanta!! sos una putita barata y te encanta!!!
Se incorporó y terminó de sacarse los pantalones, arrodillandose en la cama y empezando a frotar la punta de su pija sobre la conchita mojada de la rubia. Mientras su otra mano subió completamente el vestido, empezando a pellizcar y acariciar sus tetas. Se chupaba los dedos y los fregaba en sus pezones, logrando que quedaran completamente duritos.
- AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH SIIIIIIIIII- volvió a suspirar Mery.
Agus sonrió.
- PEDIMELOOOOO! DALE PUTA! PEDIME QUE TE LA META BIEN ADENTRO! ROGAME QUE TE ROMPA TODA! DALE TROLA!
- METEMELAAA!!!!!!- gritó ella. Lo miro a los ojos, mordiéndose el labio.- Dale, AGUS!!! COGEME, PLEASE!
- Ahhhh como me calentas, rubia!!!!- rió él, mientras se acomodaba bien. Abrió sus piernas y volvió a colocarse en posición. Luego, sin aviso, entró en ella de una, facilitado por la humedad que tenía.
- AHHHHHHHHHHHHHHH SIIIIII NO PARES!!!- gritó ella.
Agus tomó sus piernas para impulsarse y empezó a entrar y salir rápidamente. Aumentaba la velocidad cada vez más al ver que ella levantaba los brazos y se agarraba de los garrotes de la cama para impulsarse.
- AHHHHHHHHH TE GUSTA?!! AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH- gritaba él.
- SIIIIIIIII MAS RAPIDO GORDI!!!!!!
Agus se recostó un momento y, deslizando su brazo bajo la cintura de ella, la incorporó. Se acomodó mejor, besándola y apretando su pechos contra el suyo y se quedó arrodillado en la cama, con sus piernas alrededor de su cintura, como si la tuviera alzada a upa. Sus manos tocaban sus nalgas y la guiaban en los movimientos, mientras su boca, con la respiración cada vez más agitada, tratada de captar sus tetas en las embestidas.
Ella se aferraba a su cuello, pasando su lengua por allí cuando no podía besarlo.
- AHHHHHHHHHHHHHHHH- gritaban los dos, completamente excitados.
- VOY A ACABAR MERY!!!!!- avisó él.
- NO, NO!- se alarmó ella, deteniendose. Él la miró desconcertado.
- ¿Qué pasa?- logró decir pese a la agitación.
Ella sonrió con picardía y lo besó brevemente. Luego se acercó a su oído y le susurro:
- Quiero que me acabes por atras...
Agus, riendo, salió de ella. Primero se tomó un momento para chuparle las tetas, que lo habían estado tentando mientras se la cogía. Las juntaba con sus manos y las capturaba completamente con sus labios, mordiendolas y chupandolas, lleno de deseo. Luego la hizo ponerse en cuatro. Primero le metió algunos dedos y también su lengua. Le encantaba la colita que tenía. Le dió algunas nalgadas y se preparó para ponersela. Primero lo puso en la punta y empezó a entrar con suavidad, mientras ella gritaba, entre el dolor y el placer. Luego lo fue metiendo hasta el fondo. Se quedó un momento allí, besando su espalda, y luego empezó a entrar y salir. Ella volvió a agarrarse de los garrotes de la cama, ahora boca abajo, mientras sus tetas se movían con la velocidad que tomaba. No tardaron en acabar.
-AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH- gritó el, mientras sentía que le llenaba el culo de su leche tibia.
- AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII- gritó ella, y él, sacando su pija, sonrió al ver que unas gotas caían de la conchita de la rubia.
Ella volvió a acostarse y él se recostó sobre ella. Estuvieron besándose y tocándose un rato, hasta que ella le pidió que la llevara de regreso a su casa.

Se despidieron en el auto. Luego ella bajó y entró apurada. Estaba abriendo la puerta cuando sintió que su celular sonaba. Atendió sin fijarse quien era.
- Hola?- se quedó quieta con la llave en la mano y esbozó una sonrisa.- Hola!- repitió un poco más alegremente.- Pensé que no ibas a llamarme nunca, gordo... sabes que...- su expresión cambió. Aparentemente su interlocutor no le hablaba muy bien.- Para... no, nada que ver!... Pero eso es verdad, no es mi culpa... No me interesa!- exclamó algo enojada.- No te vas a deshacer de mi tan fácil, y lo sabes...- susurró con seguridad. Estuvo un momento en silencio y bajó las defensas.- Bueno...- aceptó. Miró su reloj.- ¿Cuándo y dónde? ¿Eh?- Volvió a mirar su reloj.- Bueno, esta bien...- se resignó y cortó la comunicación.
En vez de seguir intentando con la llave volvió a salir por la reja y tomó un taxi.

Bajó en una plaza algo desierta por la hora. Se acomodó el vestido y el peinado y lo vio. Un muchacho morocho, con una remera celeste, estaba de espadas sentado en un banco. Con una sonrisa algo triste se acercó.
- Hola...- murmuró suavemente al llegar a su lado.
Él se dio vuelta y la miró seriamente.


  --- Tatiii <3


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